Petición contra el uso de disruptores endocrinos

Destinatario(s): Carolina Daria, ministra de Sanidad
Petición contra el uso de disruptores endocrinos

Pesticidas y salud: La gran química quiere imponernos MÁS disruptores endocrinos

¡NO AL SABOTAJE QUÍMICO DE NUESTRAS VIDAS!

Las multinacionales de la química y de los pesticidas están a punto de dar el golpe del siglo, a costa de nuestra salud.

Las empresas BASF, Monsanto, Syngenta, etc. trabajan actualmente entre bastidores en la Comisión Europea para obtener una excepción que les permita comercializar productos altamente tóxicos que contienen numerosos disruptores endocrinos.

¿"Disruptor endocrino"? Este complicado término científico no se utiliza por casualidad.

Se esconde una verdadera pesadilla para nuestra salud.

Se trata de moléculas químicas que pueden modificar o dañar gravemente la producción de hormonas naturales.

Estos contaminantes han invadido nuestro aire, el agua, los alimentos, los cosméticos, las viviendas, el transporte, etc. y su impacto diario en nuestra salud -así como en la de aves, peces y mamíferos- es absolutamente dramático.

Algunos de estos disruptores endocrinos son tristemente muy conocidos:

  • El DDT y cientos de otros pesticidas, el más utilizado en el mundo, el glifosato (contenido en el RoundUp de Monsanto), acaba de ser clasificado oficialmente como probable cancerígeno, ¡a pesar de que se importa en plantas transgénicas para su cultivo en Europa sin ser etiquetado [1]!
  • El destilbeno, que ha depositado su veneno en los vientres de las mujeres embarazadas antes de ser prohibido.
  • El bisfenol A (en los envases de alimentos y en los tickets de compra), cuyo uso ha sido erradicado por completo en países como Francia, en todo lo relacionado con la alimentación, sin embargo en nuestro país se sigue permitiendo su uso [2].

Existen muchos otros que los fabricantes esconden bajo nombres científicos: ftalatos (pinturas, tintas), halogenofenoles (desinfectantes), PCB, entre muchos otros…

Estas toxinas no perdonan a nadie, poniendo a los más frágiles, como los bebés, en primera fila del desastre.

Pueden cambiar la identidad sexual del bebé en el útero, provocar malformaciones genitales, alteraciones psico-conductuales, favorecer la infertilidad y numerosos cánceres...

Los disruptores endocrinos alteran la permeabilidad digestiva y son proinflamatorios, lo que es común en enfermedades como el autismo o el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).

Esta situación no es normal. ¡Es intolerable! ¡Es escandalosa!

Las autoridades deberían haber reaccionado hace tiempo. No lo hicieron.

Al contrario.

Es como si quisieran favorecer los intereses de los grandes grupos químicos.

En 2009 se aprobó el reglamento que regula la comercialización de los pesticidas en Europa, prometiendo restringir y prohibir los disruptores endocrinos que puedan tener un efecto nocivo para el ser humano antes de su comercialización.

PERO...

En diciembre de 2015, la Comisión Europea fue condenada por el Tribunal General de la Unión Europea por "incumplir sus obligaciones" en materia de disruptores endocrinos. Todo ello a pesar de una "obligación clara, precisa e incondicional" [3].

Está claro que la Comisión ha dejado el expediente encima de la mesa sin volverlo a tocar. 

SEIS AÑOS PERDIDOS.

¿Y cuántas personas han enfermado mientras tanto, cuántas vidas han sido dañadas, asoladas por este sabotaje hormonal, cuántas enfermedades se desencadenarán por estas sustancias que se mantienen en el mercado?

A estas preguntas los tecnócratas parecen avergonzados de responder.

"No hay pruebas directas de que...".

"Puede ocurrir que haya casos especiales", "daños colaterales" en el camino hacia el progreso químico, etc.

¡Qué arrogancia, cuántas mentiras, qué desprecio!

Mentiras y desprecio a las madres de niños autistas que deben ser asistidas todos los días de su vida, a las que se les dice repetidamente que son responsables de la situación (pero no de las sustancias tóxicas) [4].

Mentiras y desprecio por las miles de parejas que no pueden ser padres, a las que se hace sentir culpables diciéndoles que su problema es "psicológico" (¡mientras que los disruptores endocrinos destruyen la fertilidad!)

Mentiras y desprecio a esos miles de pacientes, roídos por el cáncer, a los que se les sigue mintiendo sobre la causa de su enfermedad.

Y ESTO NO ES EL FINAL DE LA HISTORIA, POR DESGRACIA.

Tras años de inacción, la Comisión Europea exige ahora condiciones muy restrictivas para prohibir un disruptor endocrino.

Según la Comisión, debe probarse que la sustancia en cuestión :

  • se sabe que tiene un efecto probado en la salud humana
  • tiene un modo de acción endocrino
  • y que se conozca la relación causal entre el modo de acción y el efecto negativo.

En pocas palabras, esto significa que la gente tendrá que enfermar primero antes de que se pueda establecer una relación con la sustancia.

Demasiado tarde si tienes cáncer.

Demasiado tarde si no puedes tener hijos.

Demasiado tarde si los hijos que ha dado a luz nacen con deformidades gravemente incapacitantes.

"Será demasiado tarde... pero no importa.”

Esta es la repugnante respuesta de las autoridades europeas que conceden una excepción a la industria química para que pueda seguir vendiéndonos sus contaminantes.

Firme, es urgente, firme la petición de abajo para bloquear esta desregulación antes de que sea demasiado tarde.

Tenga en cuenta que la Comisión Europea quiere que las condiciones para prohibir los disruptores endocrinos sean ultra restrictivas.

¡Esto no tiene ni pies ni cabeza! ¡Es su autorización la que debe ser ultrasupervisada!

Esto es una clara violación del más elemental principio de precaución.

Este principio se define en el artículo 5 de la Carta del Medio Ambiente, uno de los cuatro textos de la Constitución Europea desde 2005 [5].

El 21 de diciembre del año pasado, la Comisión Europea trató de abrirse paso, en el torpor de las fiestas navideñas, intentando que se adoptara esta definición, totalmente favorable a los fabricantes de sustancias tóxicas.

Esta maniobra estuvo muy cerca de triunfar [6], en medio de un ensordecedor silencio mediático.

Pero sabemos que los lobbies de las multinacionales químicas ya vuelven a la carga

Estas multinacionales tienen el poder de convencer a los más altos niveles de las instituciones y de ganar batallas:

  • La propia asesora científica del presidente de la Comisión Europea hizo todo lo posible por bloquear el proceso de protección de los ciudadanos frente a los disruptores endocrinos bajo la presión de los grupos de presión [7].
  • Recientemente, la Comisión Europea concedió una prórroga de 18 meses al famoso RoundUp de Monsanto, a pesar de la fuerte sospecha de que el herbicida es cancerígeno [8].

18 meses de aplazamiento para el RoundUp y nadie lo vió venir… ¿Acaso Monsanto dudó de esto por un segundo?

Pero si el mundo de nuestros dirigentes políticos está al revés, nos corresponde a nosotros, ciudadanos de a pie, ponerlo del revés.

NOS NEGAMOS a hacer de conejillos de indias para aumentar los beneficios de las grandes multinacionales de la química.

NOS NEGAMOS a que las autoridades que se supone que nos representan hagan concesiones con el más elemental principio de precaución cuando los riesgos para la salud están probados y documentados.

EXIGIMOS que se aporten pruebas indiscutibles de inocuidad (ausencia de peligro) por parte de expertos independientes antes de que Monsanto, Bayer, Syngenta y compañía puedan comercializar sus productos.

Y no estamos solos en esta lucha.

Un centenar de científicos han publicado recientemente un artículo de opinión escrito a mano para protestar contra esta situación.

Sobre el tema de los disruptores endocrinos, investigadores de Inglaterra, Estados Unidos, Francia, Alemania, Suecia, Sudáfrica, Dinamarca, etc. denunciaron una "negación del estado de la ciencia" [9].

"Los efectos nocivos de los disruptores endocrinos están ampliamente demostrados.” 

"Sin embargo, nos preocupa que las opciones normativas que ahora propone Bruselas estén muy alejadas de las medidas necesarias para proteger nuestra salud y la de las generaciones futuras.

"Las opciones propuestas para identificar los disruptores endocrinos requieren un nivel de pruebas mucho mayor que para otras sustancias peligrosas.

Junto con estos científicos, debemos negarnos a dar una licencia para contaminar a las multinacionales tóxicas.

Es hora de decir NO a las puñaladas de los gigantes químicos, ¡SÍ al principio de precaución!

NO A UNA EXCEPCIÓN EN FAVOR DE LOS GIGANTES QUÍMICOS

¡NO AL TRAPICHEO DE NUESTRA SALUD!

Firme, es urgente, firme la petición de abajo para bloquear esta desregulación antes de que sea demasiado tarde.

Para mostrar nuestro número y nuestra determinación, es esencial que elevemos al máximo el contador de peticiones, para poner un verdadero bloqueo democrático a esta iniciativa.

Sabemos que se necesitan millones de firmas.

Y podemos reunirlas.

Es importante actuar lo más rápidamente posible, ya que el contexto de las elecciones presidenciales ofrece a las multinacionales químicas una oportunidad insospechada. Mientras todos los ojos están puestos en España, nadie estará pendiente de lo que ocurre entre bastidores en Bruselas.

Por eso estamos en absoluta emergencia. Es cuestión de días, e incluso de horas.

No pierdas ni un segundo para firmar la petición y difundir este mensaje lo más ampliamente posible.

Esta es una oportunidad única para bloquear la ofensiva de los químicos; dentro de unos años, cuando el daño esté hecho, será demasiado tarde para dar marcha atrás.

¿Qué les diremos entonces a nuestros hijos? ¿A los enfermos? ¿Nos atreveremos a mirarles a los ojos y decirles: "No lo sabía..”?

Lo sabemos. Los mejores científicos nos han advertido. Ahora nos corresponde a nosotros continuar la lucha.

Todavía podemos ganar. Pero para conseguirlo, necesitamos poner todo nuestro valor, toda nuestra energía, toda nuestra movilización.

No dejemos que nos lo hagan a nosotros. MOVILICEMOS TODO NUESTRO ALREDEDOR.

TRANSMITE ESTE LLAMAMIENTO A TODOS A TU ALREDEDOR.

Petición

dirigida a

Ministra de Sanidad Carolina Daria

Estimada señora,

El 21 de diciembre, la Comisión Europea intentó forzar la situación concediendo una excepción a la industria química sobre el uso de disruptores endocrinos [a].

Se sospecha que estas sustancias provocan malformaciones genitales y alteraciones psico-conductuales, y también se sospecha que favorecen la infertilidad y la aparición de numerosos cánceres.

  • Al actuar así, la Comisión viola claramente el principio de precaución, definido en el artículo 5 de la Carta del Medio Ambiente, uno de los cuatro textos de la Constitución Europea desde 2005.
  • Con ello, la Comisión va en contra del consenso científico que señala los formidables peligros de los disruptores endocrinos para la salud humana y animal y el medio ambiente.

En un gesto poco habitual, un centenar de científicos han publicado una única declaración manuscrita para protestar contra esta situación.

Investigadores ingleses, estadounidenses, franceses, alemanes, suecos, sudafricanos y daneses denuncian la "negación del estado de la ciencia" [b] sobre los disruptores endocrinos:

"Los efectos nocivos de los disruptores endocrinos están ampliamente demostrados".

"Sin embargo, nos preocupan las opciones normativas que ahora propone Bruselas, que se alejan de las medidas necesarias para proteger nuestra salud y la de las generaciones futuras." 

Junto con estos científicos, debemos negarnos absolutamente a que el permiso de contaminar sea dado a las multinacionales con sus productos tóxicos.

Estas multinacionales ya han demostrado su poder de acción, que les permite convencer a las más altas personalidades de las instituciones y ganar batallas:

  • El propio asesor científico del presidente de la Comisión Europea ha hecho todo lo posible por bloquear el proceso de protección de los ciudadanos frente a los disruptores endocrinos bajo la presión de los grupos de presión [c].
  • Recientemente, la Comisión Europea concedió una prórroga de 18 meses al famoso RoundUp de Monsanto, a pesar de la fuerte sospecha de que el herbicida es cancerígeno [d].

NOS NEGAMOS a ser conejillos de indias para aumentar los beneficios de las multinacionales químicas.

NOS NEGAMOS a que las autoridades que se supone que nos representan se comprometan con el más elemental principio de precaución cuando los riesgos para la salud han sido documentados.

EXIGIMOS que se aporten pruebas indiscutibles de inocuidad (ausencia de peligro) por parte de expertos independientes antes de que Monsanto, Bayer, Syngenta y compañía puedan comercializar sus productos.

Por eso le pedimos, señora ministra, que actúe para bloquear la concesión de una licencia para contaminar a estas multinacionales, y que tome iniciativas para prohibir el uso de disruptores endocrinos cuando no se respete el principio de precaución.

Nuestras vidas, nuestros hijos, nuestra Tierra valen más que los beneficios de las grandes empresas químicas.

Le saluda atentamente,

Autor : Alejandro M.

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